domingo, 28 de febrero de 2010

Carta de Luis Tobío a Bouza-Brey

A Paternidade de Rosalía


Continuando co recordo dos 173 do nacemento de Rosalía de Castro, hoxe traemos unha carta que escribira Luís Tobío, con raíces en Brión e suposto familiar lonxano de Rosalía, ó seu amigo Fermín Bouza Brey, sobre a paternidade de Rosalía de Castro.



Hai que dicir que a raíz dos datos que aporta foi cando se relacionou a Rosalía con Ortoño. Hoxe en día son postos en dubida, e alomenos algúns como a estadía durante a infancia de Rosalía en Ortoño xa foron rebatidos con documentación, pois sábese que os 5 anos estaba censada en Padrón. De tódolos xeitos creemos que a carta é un singular documento que garda unha grande relevancia para a nosa parroquia e que dela pódense tirar datos históricos de primeira man.

Luis Tobío Fernández

Guitiande (La Mahía), 20 de agosto de 1923

Sr. D. Fermín Bouza Brey. Villagarcía

Querido amigo: Tarde tal vez cumplo la promesa que te hice en distintas ocasiones, de darte algunas noticias que conservó mi familia respecto a la biografía de Rosalía de Castro. Perdóname la falta, pues estos días las fiestas y romerías apenas me dejaron tiempo libre para hacerlo.
Los datos que te comunico me los proporcionó mi tía paterna o por mejor decir, tía de mi padre, que cuenta hoy día setenta y seis años (o cerca de ellos) y que se llama Minia Tobío Martínez; digote esto como seguridad y fundamento de la veracidad de mi relato; estuvo ella una temporada con su tío (el padre de Rosalía) educándose en Padrón y comienzo.
El padre de Rosalía se llamaba José Martínez Viojo y era hijo de Miguel Martínez, vulgarmente llamado Migueliño o muiñeiro, por la razón de tener unas aceñas en que molía la gente campesina sus granos en la época de sequía en que los molinos particulares de regatos y arroyos no podían funcionar. Era el Miguel Martínez sobrino del comendador del monasterio de Conjo, quien lo llevó a estudiar la carrera eclesiástica a Santiago, pero después de haber hecho algunos estudios la dejó. Residía en Ortoño, en la casa do Castro.
Su hijo Juan (José) Martínez Viojo nació en la dicha parroquia de Ortoño, lugar del Castro y en la única y grande casa que compone el lugar, situado a la falda del Castro autentico. La copia de la inscripción de bautismo en los libros parroquiales te la remitiré en breve, cuando tenga ocasión de ir a Ortoño. De la casa do Castro te hablaré en la próxima.
Estudió la carrera del sacerdocio en Santiago y una vez terminada fue nombrado capellán de la colegiata de Iria Flavia; vivía en la casa de los canónigos con una hermana suya llamada Teresa, aunque no permanentemente ésta, y su sobrina (hija de ella) María Mariño Martínez. Comenzó a conocer a las familias más distinguidas de aquella localidad y entre ellas a la de Castro, de abolengo e hidalgo linaje; de una de las hijas de esta casa, de doña Teresa, tuvo una hija que fue Rosalía; no te cuento, pues que ya lo sabes, dónde la dio a luz, etc., pero te diré que la desnaturalizada madre, no queriendo abrazar las penalidades de la educación de su hija, o - lo que es más probable - deseando por un sentimiento de honor mal entendido, alejar de si la infortunada criatura, para que no fuese baldón que deslustrase el timbre de su familia ni sus rancios y ridículos pergaminos, pensó en arrojarla a la inclusa; conocedor de ello el capellán Martínez, quitó la niña a su madre y la entregó a la mujer de un tal Lesteiro, sastre en Ortoño, quien la educó y tuvo como hija, amamantándola ella misma; satisfaciendo Juan (José) Martínez los gastos de su crianza, subsistencia y demás.
Mientras tanto, en casa do Castro de Ortoño, vivía Carmen Martínez sobrina del capellán y casada con un tal Castiñeiras; cuando la niña fue destetada, su padre ordenó que pasase a la casa do Castro donde se educó con su prima. No pude saber si estuvo viviendo aquí hasta que se entrevistó con su padre; lo probable es que saliera a instruirse a algún colegio. Cuando ella contaba unos 19 años, en la primavera de 1859, al mediodía regresaba mi tía del colegio y según su costumbre entró en la casa, donde vivía con su tío, y en el comedor se encontró a Rosalía hablando con su padre; retirose prudentemente y fue la primera vez que vio a su prima. Le pareció, según me dijo, bastante buena moza no muy guapa pero tampoco fea, alta y simpática en la expresión de su figura.
Era José Martínez Viojo alto, grueso y moreno; de ojos oscuros, socarrón y simpático; era su compañero en la casa del cabildo D. Nicolás Pau, fraile exclaustrado de Herbón que vivía con su madre y una sobrina.
Murió nuestro capellán de una afección al estómago cuando tenía ya una edad de ochenta y tantos años; fuerte que apenas había tenido enfermedad. Está enterrado en el atrio de la Colegiata de Iria. Tuvo un hermano, Antonio y tres hermanas.
Poco es lo que puedo decirte como ves; creí que sería más, pero la realidad no respondió a mi esperanza; añadiré que Rosalía tocaba divina y deliciosamente la flauta (¡como ella podría tocarla!) Con la esperanza de darte en mi próxima alguna noticia más, queda a tus órdenes para lo que quieras mandar, tu amigo.

Luis Tobío Fernández
Santiago. - Los Ángeles

PS. Perdona la incorrección caligráfica y gramatical, pues hice todo esto con poca calma, como puedes fácilmente comprender.
Vale.

(Publicado o 18 de xullo de 1985, na Voz de Galicia)

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