lunes, 4 de junio de 2012

A defensa de un menor en 1801.


Na entrada anterior falábamos da Inclusa de Santiago, e como repartía os nenos que se entregaban nesa institución entre os veciños circundantes de Santiago para que foran criados.
Aqueles nenos, deparáballes unha lastimenta vida.  Como vimos, moitos rexeitábanos. Eran criados entre os extractos máis humildes da poboación e moitos xa de corta idade acababan mendigando.
Velaquí temos en 1801 un de aqueles nenos recala en Ortoño exercendo a mendicidade. Chamábase Mauricio Rey e tiña 10 anos. Estivo traballando dous meses para Domingo Martínez, zapateiro. Despois entrou ó servizo de Juana Rodríguez na taberna do Santo pouco máis de sete meses. Deixou este traballo, pero como a taberneira non pagaba o que lle debía, saíu o zapateiro na súa defensa ante a xustiza de Altamira.
Fíxose un proceso para a protección de este menor, do cal tampouco obtivo moito o pequeno Mauricio. Pois a taberneira ata lle ten en conta a máis da roupa que lle dera a rotura de un vaso. Ó cabo despois dos descontos quedáronlle ó seu favor 14 reais de vellón, que ó ser menor mantivéronse retidos ata que aparecese o seu titor ou chegase a maioría de idade.

Sabemos desta historia, por un documento privado gardado nos arquivos dos veciños da parroquia, que son uns verdadeiros cofres de tesouros esquecidos. Este é o texto:

Digo yo Mouricio Rey, que soy menor y de edad diez años poco mas o menos que habiendo llegado a mendigar por la parroquia de San Juan de Ortoño, llegue a casa de Domingo Martínez maestro zapatero en cuyo poder estuve le sirviendo dos meses al cavo de ellos, me salí y entre a servir con Juana Rodrigues tabernera en la taberna de San Cipriano, en cuyo poder le estuve sirviendo siete meses y medio, al ultimo de los cuales me salí de su compañía, y para cobrar mi soldada salio el Domingo Martínez en mi compañía ante su mrd la justicia ordinaria de la jurisdicción de Altamira, esta comisiono a Gabriel de torres ministro con orden para que para el fin de tasar siete meses y medio, que serví a la Juana se nombrasen peritos para su regulación que tubo efecto, y por tales fueron Fermín de Reyno y Pedro de Seve, y estos conformes y estando presentes declarar deben la Juana a su criado cincuenta y seis reales de vellón, y de estos me ante la Juana le tiene entregado una camisa en cinco reales otros cinco reales por unos calzoncillos ,un calzón otros cuatro reales por ser roto y veinte y cinco reales, por una chupeta a lo militar que le compro por conveniencia con lo cual y dos reales mas por un vaso que rompió, resta la Juana, al Mouricio Rey catorce reales de vellón, los que ahora encontrado entrego al señor Fermín Reyno perito actual para que los tenga en su poder a ley de deposito hasta que el menor o persona que le conozca sen su defensor o curador los retenga en si por la menor edad. Y para que conste se pone por escrito recibo y carta de pago, que presente el Fermín lo acepta y prometió cumplir con el deposito y Pagar en llegando el caso dichos catorce reales al referido Mouricio o quien su facultad tenga, de que fueron testigos Ygnacio de la Yglesia dichos comisionado y peritos Pedro Vilacoba y Francisco de Torres de esta vecindad, y de Santa Maria de Trasmonte fecha a diez y siete de marzo de mil ochocientos y uno.


Foto: http://lh4.ggpht.com/_-p4TWnh5zEc/S4GccUoxFGI/AAAAAAAAE_w/k4-edWmje-c/IMG_1928.JPG
Actual establecemento hosteleiro do Santo.