Na entrada anterior falábamos da Inclusa de
Santiago, e como repartía os nenos que se entregaban nesa institución entre os
veciños circundantes de Santiago para que foran criados.
Aqueles nenos, deparáballes unha lastimenta
vida. Como vimos, moitos rexeitábanos.
Eran criados entre os extractos máis humildes da poboación e moitos xa de corta
idade acababan mendigando.
Velaquí temos en 1801 un de aqueles nenos
recala en Ortoño exercendo a mendicidade. Chamábase Mauricio Rey e tiña 10
anos. Estivo traballando dous meses para Domingo Martínez, zapateiro. Despois
entrou ó servizo de Juana Rodríguez na taberna do Santo pouco máis de sete
meses. Deixou este traballo, pero como a taberneira non pagaba o que lle debía,
saíu o zapateiro na súa defensa ante a xustiza de Altamira.
Fíxose un proceso para a protección de este
menor, do cal tampouco obtivo moito o pequeno Mauricio. Pois a taberneira ata
lle ten en conta a máis da roupa que lle dera a rotura de un vaso. Ó cabo
despois dos descontos quedáronlle ó seu favor 14 reais de vellón, que ó ser
menor mantivéronse retidos ata que aparecese o seu titor ou chegase a maioría
de idade.
Sabemos desta historia, por un documento
privado gardado nos arquivos dos veciños da parroquia, que son uns verdadeiros
cofres de tesouros esquecidos. Este é o texto:
Digo yo Mouricio Rey, que soy menor
y de edad diez años poco mas o menos que habiendo llegado a mendigar por la
parroquia de San Juan de Ortoño, llegue a casa de Domingo Martínez maestro zapatero
en cuyo poder estuve le sirviendo dos meses al cavo de ellos, me salí y entre a
servir con Juana Rodrigues tabernera en la taberna de San Cipriano, en cuyo
poder le estuve sirviendo siete meses y medio, al ultimo de los cuales me salí
de su compañía, y para cobrar mi soldada salio el Domingo Martínez en mi
compañía ante su mrd la justicia ordinaria de la jurisdicción de Altamira, esta
comisiono a Gabriel de torres ministro con orden para que para el fin de tasar
siete meses y medio, que serví a la Juana se nombrasen peritos para su regulación
que tubo efecto, y por tales fueron Fermín de Reyno y Pedro de Seve, y estos
conformes y estando presentes declarar deben la Juana a su criado cincuenta y
seis reales de vellón, y de estos me ante la Juana le tiene entregado una
camisa en cinco reales otros cinco reales por unos calzoncillos ,un calzón
otros cuatro reales por ser roto y veinte y cinco reales, por una chupeta a lo
militar que le compro por conveniencia con lo cual y dos reales mas por un vaso
que rompió, resta la Juana, al Mouricio Rey catorce reales de vellón, los que ahora
encontrado entrego al señor Fermín Reyno perito actual para que los tenga en su
poder a ley de deposito hasta que el menor o persona que le conozca sen su
defensor o curador los retenga en si por la menor edad. Y para que conste se
pone por escrito recibo y carta de pago, que presente el Fermín lo acepta y prometió
cumplir con el deposito y Pagar en llegando el caso dichos catorce reales al referido
Mouricio o quien su facultad tenga, de que fueron testigos Ygnacio de la Yglesia dichos
comisionado y peritos Pedro Vilacoba y Francisco de Torres de esta vecindad, y
de Santa Maria de Trasmonte fecha a diez y siete de marzo de mil ochocientos y
uno.
Foto: http://lh4.ggpht.com/_-p4TWnh5zEc/S4GccUoxFGI/AAAAAAAAE_w/k4-edWmje-c/IMG_1928.JPG Actual establecemento hosteleiro do Santo. |
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